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Carteles y collares de flores para crear un ambiente agradable en un lugar donde los usuarios pueden llegar a pasar siete horas para recibir sus tratamientos
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El personal de enfermería se encarga de poner la quimioterapia a una media de 40 personas cada día y también realiza analíticas y técnicas especializadas
Con el objetivo de humanizar la atención a los pacientes el Hospital de Día de Oncología y Hematología del Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant ha organizado este 31 de agosto una jornada festiva denominada “Aloha verano”. “Hemos pretendido que las personas usuarias, durante el tiempo que deben permanecer en nuestro servicio, pasen un rato algo más distendido y agradable”, comenta la enfermera Merche Soler.
Las cinco enfermeras del Hospital de Día oncológico, más las cuatro técnicas en cuidados auxiliares de enfermería (TCAEs) del servicio han elaborado ellas mismas, con la ayuda de sus familiares y amigos, los elementos decorativos con los que han sorprendido a los pacientes que han acudido a sus tratamientos. Así, como bienvenida un cartel con la palabra “Aloha” recibe a los usuarios a la entrada de la unidad y a todos aquellos que han aceptado participar les colocan un collar de flores.
“Antes de sacarme la sangre, nada más llegar, me han sacado una sonrisa, es una iniciativa estupenda, todas las enfermeras son muy agradables, llevo viniendo desde febrero cada quince días y paso aquí mucho tiempo, desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, siempre te tratan muy bien, no se les puede poner un pero a ninguna”, señala una paciente. “Vienes un poco harta de tanto tratamiento y al ver esto ya te animas, me parece genial”, señala otra usuaria. “Nos tendrían que haber avisado y me habría puesto una minifalda con flecos, hay que echar humor a la vida y aquí nos ayudan con este buen ambiente”, añade otra de las pacientes del Hospital de Día.
Y el personal sanitario ha trabajado a lo largo de toda la jornada con complementos adecuados a esta temática veraniega: diadema de flores, brazalete y collar. Asimismo, han instalado un photocall con la imagen de dos hawaianos en el que tomar una instantánea de recuerdo. “Tenemos pacientes con un amplio abanico de tratamientos y las estancias pueden ir desde los 25 minutos a las seis o siete horas y atenderles siempre con la mejor calidad humana es uno de nuestros propósitos”, señala la enfermera Ángela de la Hoz.
Pacientes únicos
En el Hospital de Día de Oncología se ponen una media de 40 tratamientos diarios, consistentes básicamente en quimioterapia y también la más novedosa inmunoterapia, fármacos que estimulan la inmunidad del paciente. En cuanto llegan a primera hora se les realiza una analítica de sangre. Una vez que está el resultado del laboratorio el oncólogo médico realiza la visita de control. El tratamiento ya se establece en la primera visita, pero en función de los resultados del análisis que determina cómo se ha tolerado el anterior tratamiento, cómo van las defensas, las plaquetas, la anemia o la función renal, el médico ajusta la pauta inicial. A continuación, el servicio de Farmacia Hospitalaria prepara el tratamiento y después el personal de enfermería se lo administra.
“Cada paciente es único, no solo porque su tratamiento es personal e individualizado, incluso para cada sesión, con un ritmo de administración distinto, sino porque hay diferentes formas de interactuar con él en función de sus características, de su movilidad o hasta de su carácter, se establece una relación muy próxima”, comenta la enfermera Merche Soler.
El personal de enfermería del Hospital de Día de Oncología tiene una alta cualificación profesional. Así, hay que tener en cuenta que, por ejemplo, deben poner catéteres centrales de inserción periférica (PICC). Se trata de un catéter largo y flexible que los pacientes oncológicos pueden llevar incluso un año y que las enfermeras introducen desde la zona del bíceps hasta la vena cava superior con la ayuda de un ecógrafo. Esto permite introducir los líquidos y tomar muestras de sangre sin necesidad de realizar tantos pinchazos.
Los tratamientos pueden durar varias semanas, meses o años y la frecuencia en que deben acudir también es variable, en función de las dosis que ha pautado el oncólogo. “Tenemos pacientes que están viniendo incluso años, una vez que se ha estabilizado la enfermedad se convierten en crónicos y deben recibir el tratamiento periódicamente, por ejemplo, cada tres meses”, añade la enfermera del hospital de día. Entre los tumores más frecuentes que tratan están los de mama o los digestivos.