Pie de foto: personal del Servicio de Rehabilitación del Departamento de Salud de Alicante-Sant Joan d’Alacant.
- Los pacientes que han permanecido por largo tiempo hospitalizados o aislados necesitan terapias de rehabilitación para recuperar la calidad de vida que tenían antes de la pandemia
- En los casos de Covid persistente, donde las personas siguen padeciendo síntomas de la enfermedad como fatiga crónica o dolores musculares a pesar de haberla superado, la rehabilitación es clave para afrontar el día a día
- La Dra. Nuria Fernández, del Servicio de Rehabilitación del Departamento de Salud de Alicante – Sant Joan d’Alacant, nos explica cómo ayudan a recuperarse a los alicantinos que se encuentran en estas circunstancias
Vencer al coronavirus no es la única batalla que se libra contra la enfermedad, aunque sea la más importante. Una vez derrotado, los pacientes que han estado más graves deben hacer frente a las secuelas físicas y psicológicas que la Covid les ha dejado, y para ellos comienza otra lucha trascendental: la de recuperar la vida que el virus quiso truncar.
Algunos de estos pacientes sufren importantes secuelas funcionales como consecuencia de largas hospitalizaciones y aislamientos prolongados, en especial los que han estado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y han precisado ventilación mecánica, comenzando allí mismo el tratamiento fisioterápico, pues presentan una gran debilidad y otros síntomas relacionados con el síndrome postUCI. En otros casos, los menos, el virus desaparece pero no sus síntomas: el conocido como Covid persistente. Para todos ellos, el Servicio de Rehabilitación es fundamental para mejorar su calidad de vida y tratar de volver a la normalidad.
“A estos pacientes se les realiza un programa de ejercicios, que consiste básicamente en ejercicios de fuerza y resistencia muscular periférica y respiratoria. A aquellos con una repercusión funcional más leve se les enseñan para que los hagan en su domicilio, con revisiones periódicas, mientras que para los más graves el programa de ejercicios es asistido, supervisado en el Servicio y más individualizado, según síntomas, intensidad y repercusión funcional”, explica la Dra. Nuria Fernández, especialista del Servicio de Rehabilitación del Departamento de Salud de Alicante – Sant Joan d’Alacant.
En los casos de Covid persistente, de los que hay unos 1.500 pacientes en el Departamento, la atención del personal de Rehabilitación es aún mayor, ya que estas personas, además del deterioro físico como consecuencia de la inmovilidad prolongada, siguen experimentando síntomas de la enfermedad como fatiga crónica, sensación de falta de aire, dolores musculares o cefaleas, entre otros.
“Dependiendo de la situación funcional en la que se encuentren, pueden necesitar entrenamiento muscular en su domicilio o ejercicios aeróbicos, con un programa de marchas progresivas. Si la situación es más grave, hacen un entrenamiento supervisado tanto para ganar fuerza como para mejorar la respiración”, explica la Dra. Fernández.
Empoderar al paciente, la solución para enfrentar los problemas de la pandemia
En la actualidad, el Servicio de Rehabilitación ha podido volver a atender a sus pacientes en las instalaciones del Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant, en especial a aquellos con mayores secuelas que necesitan supervisión directa de los sanitarios para realizar sus ejercicios y tratamientos más personalizados. Pero durante las etapas más duras de las distintas olas, con parte de las instalaciones de esta área destinadas a atender urgencias no Covid, la Dra. Fernández y sus compañeros tuvieron que reinventarse para dar asistencia a los usuarios a su cargo.
“Se intentó continuar, en la medida de nuestras posibilidades, con los tratamientos que ya habían comenzado antes de la pandemia, empoderando a los pacientes para que tuvieran una participación activa en su proceso de rehabilitación, para lo que se les instruyó en la ejecución de ejercicios domiciliarios y acudieron preferentemente aquellos que precisaban terapia asistida. Durante todos los meses de pandemia se han priorizado aquellas patologías que precisaban una asistencia urgente-preferente, con incapacidad funcional relevante, y se fueron incluyendo a terapia progresivamente, favoreciendo la enseñanza y ejecución de ejercicios domiciliarios, con supervisión de la evolución y progresión de Fisioterapia”, explica la especialista.
De esta forma, con la mayor participación de los pacientes en su propio proceso de recuperación y una supervisión constante de los tratamientos mediante asistencia telefónica o videollamadas, el Servicio de Rehabilitación pudo seguir desempeñando su labor durante las fases más duras de la pandemia con los usuarios que podían recibir atención domiciliaria. A los casos más graves, que no admitían ni demora ni tratamientos a distancia, se les siguió atendiendo en el Hospital bajo estrictos protocolos de seguridad.